El uso de la inteligencia artificial nos brinda la oportunidad de introducir mejoras tecnológicas apasionantes. Ayudar a proteger mediante patentes las invenciones relacionadas con la IA en diversos sectores me ofrece la oportunidad de trabajar en primera línea de la innovación, lo que es muy estimulante. Los problemas que se resuelven en este área suelen ser complejos y el trabajo con mis clientes es siempre es un reto interesante.
Las aplicaciones de la IA tienen un gran alcance. Cada vez se genera más propiedad intelectual y propiedad industrial específica para la IA y crece rápidamente el número de nuevas solicitudes de patentes en este campo. Para satisfacer esta demanda, es esencial estar a la altura de las necesidades de nuestros clientes asegurándonos de que nos manejamos con soltura en el ámbito de la IA.
Mi papel en mi trabajo con clientes de IA abarca todo el ciclo de vida de las patentes, desde la realización de análisis para evaluar la patentabilidad de las invenciones de IA, incluida la búsqueda y revisión del estado de la técnica, hasta la redacción y presentación de solicitudes de patentes para las invenciones de nuestros clientes y la respuesta a los informes de examen de los examinadores de patentes, pasando por el asesoramiento en relación con el «freedom to operate» y la infracción. También presto asistencia en materia de estrategia comercial, gestión de carteras de propiedad intelectual, licencias y litigios.
Existe una enorme variedad de subcampos o tecnologías específicas, como el procesamiento del lenguaje natural (PLN), la visión por ordenador, el aprendizaje automático (ML), la robótica o las redes neuronales. Desarrollar conocimientos especializados en un área concreta nos permite a mí y al equipo de IA de Boult comprender mejor los entresijos técnicos de las invenciones y ofrecer un asesoramiento más especializado a los clientes.
La IA tiene un gran potencial para transformar nuestra sociedad, pero me interesan especialmente los campos de la visión artificial (incluido su uso en vehículos autónomos), las redes generativas antagónicas (GNA), el sesgo artificial, las redes de IA (y el Internet de las Cosas), la generación de contenido por IA (incluyendo texto, imágenes y audio) y su aplicación en el diagnóstico médico y el descubrimiento de fármacos y productos químicos.